A 24 horas de flexibilizado el estado, medidas preventivas para ciertos sectores productivos esenciales tras confinamiento voluntario en casa, en Ahumada se registra mayor movimiento comercial y presencia de gente en la calle, pero también la llegada de los primeros comerciantes foráneos que ofrecen diversos alimentos al menudeo en la vía pública.
Aunque el comercio callejeo de todo tipo de productos es tradición en Ahumada, ayer llegó la primera familia, procedente de Nuevo Casas Grandes para ofertar manzana y durazno cosechado en Colonia Juárez a bajo costo, lo cual significa que la semi apertura aunque la región norte permanezca en rojo, comienza a darse y esto genera beneplácito entre la población local.
Debidamente protegidos con cubrebocas, un frasco de gel antibacterial en el piso y tratando de mantener en todo momento la sana distancia ente ellos y con los clientes la familia Bencomo, asegura se está dando el primer paso para intentar recobrar la normalidad predominante hasta antes de decretarse la contingencia sanitaria.
Los cuatro miembros de la familia, un matrimonio joven y dos consanguíneos, reconocieron que la clientela local reaccionó inmediatamente: “Tal parece que trajimos la alegría de vivir intensamente tras largos tres meses de estar semiparalizados, porque a pesar de no salir a la calle durante este tiempo, sí hubo trabajo en el campo para lograr la producción de frutas”, reconoció el hombre de mayor edad, que en realidad es muy joven.
Con uno o más bolsas de manzana y durando en cada una de sus manos, tres e los integrantes caminaban sobe avenida Juárez y Panamericana, mientras otra mujer se dedicó a cobrar y dar cambio.
La ciudadanía local tomó con gran optimismo la llegada de esta primera familia de comerciantes foráneos, porque según las y las consultados, el movimiento de gente da sabor y color a la vida… y es momento de bien gastar el poco o mucho dinero que se tenga, “la lana debe circular, para que chorree a todos”, comentó Saúl, estibador o talachero que le gusta le digan cuando saboreaba una de las manzanas roja adquiridas a razón de 30 pesos la bolsa con 10 piezas.
Saúl quien reconoció estar harto del confinamiento por la contingencia, ya que hubo muy poco trabajo durante 3 meses, agregó que la fruta que levaría a su familia, les provocaría a ellos y ellas, la misma alegría que él sintió cuando observó que llegó la familia de comerciantes, que a su vez son trabajadores e campos frutales en Nuevo Casas Grandes.
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