/ miércoles 14 de agosto de 2019

El Juglar de la Red

El deporte y la propaganda política

No es ninguna novedad el uso del deporte con fines propagandísticos; gobiernos como el de la antigua Unión Soviética, Cuba o la República Democrática de Alemania, utilizaron los logros deportivos como un método para propagar que sus regímenes de gobierno eran mejores, algo que copiaron a la Alemania de Adolfo Hitler.

En nuestro país, los deportistas de elite se cuentan con los dedos de la mano; a pesar de tener más de 120 millones de habitantes, los éxitos deportivos en las justas internacionales siempre son escasos y por eso los deportistas que logran la gloria de ganar sus competencias se convierten en ídolos.

Pero más allá del reconocimiento público, esos logros no se reflejan en sus condiciones de vida, a pesar de que sus conquistas de inmediata se las apropia el gobierno para pregonar los apoyos y el compromiso existente con las diferentes disciplinas deportivas, aunque eso es totalmente falso.

En México, los triunfos deportivos no significan una mejoría en la calidad de vida.

El mejor ejemplo de ello es Ana Gabriela Guevara, la actual titular de la Conade; en su mejor momento deportivo, la llamada “Gacela Sonorense” era acosada con demandas de una institución bancaria por adeudos contraídos, libró esa situación cuando accedió a un escaño del Senado de la República.

Ahora, cuando la delegación mexicana en Lima, Perú, tuvo una de sus mejores participaciones en unos juegos Panamericanos, sobrepasando los pronósticos oficiales de la Conade, vaticinaba 13 medallas de oro, pero la delegación mexicana que participó obtuvo 136 preseas: 36 de oro, 37 de plata y 63 de bronce, una cifra jamás alcanzada en esa justa que reúne a los mejores deportistas del continente.

En el metal áureo, que a final de cuentas define el lugar que se ocupa en el medallero y donde México quedó en tercer lugar (superado por Estados Unidos y Brasil), se superó en un 180 por ciento lo proyectado por las autoridades deportivas, sin embargo eso no ha sido impedimento para que las voces gubernamentales se atribuyan parte del triunfo y vitoreen que los apoyos a los deportistas y la gestión gubernamental de la 4T son elementos fundamentales para ese triunfo de la delegación mexicana.

No solamente se quedaron cortos en el pronóstico de medallas ganadas, también lo hicieron en el monto de los apoyos anunciados por el presidente López Obrador para los atletas que ganaron una medalla.

El Presidente de la República anunció que el dinero obtenido producto de la venta de la casa de Zhenli Ye Gon (se vendió en 102 millones de pesos) se destinaría para los atletas mexicanos participantes en los Juegos Panamericanos.

Cada deportista de la delegación (544 en total) se les apoyará con 20 mil pesos mensuales durante un año, eso por sí solo suma 130 millones 560 mil pesos; pero hay que agregar los ganadores de preseas con diversos montos para oro, plata y bronce, sumando otros 52 millones de pesos; con eso ya la sumatoria asciende a 182 millones 560 mil pesos y pues entonces resulta que la venta de la casa no va a alcanzar porque faltan 81 millones de pesos para garantizar los apoyos que se ofrecieron.

La realidad es que los testimonios de los atletas ganadores de una medalla, sea cualquier metal que hubieran ganado, indica que antes de recibir cualquier apoyo gubernamental o beca deportivas –las cuales fueron reducidas a partir de enero de este 2019--, fueron sus familiares, los amigos, algunos patrocinadores privados y las actividades para recaudar fondos que ellos o sus allegados organizaron, las fuentes de financiamiento de sus actividades deportivas y la fórmula para comprar los artículos deportivos que les permitan competir dignamente.

Algunos de ellos, como el sonorense José Carlos Villarreal Peinado, ni siquiera entrenan en México, ante la falta de apoyos para atletas como él, que ganó medalla de oro en la carrera de los mil 500 metros y su foto al cruzar la meta se volvió icónica al llegar con una sonrisa en la cara que contrastaba con la de sus perseguidores, entrenan en el extranjero, becados en Universidades de Estados Unidos y con todos los apoyos necesarios para explotar al máximo su potencial atlético.

La inmensa mayoría de estos atletas traen un ciclo de cuatro años de entrenamiento, por ello no puede achacarse el resultado tan positivo a la gestión gubernamental de la 4T; en todo caso lo que ahora hace el gobierno, es lo mismo que hicieron todos los gobiernos anteriores: pararse el cuello con el esfuerzo individual de cada atleta o mejor dicho, hace caravana con sombrero ajeno.


Rafael Cano Franco es reportero y conductor de noticias, también preside el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C.


El deporte y la propaganda política

No es ninguna novedad el uso del deporte con fines propagandísticos; gobiernos como el de la antigua Unión Soviética, Cuba o la República Democrática de Alemania, utilizaron los logros deportivos como un método para propagar que sus regímenes de gobierno eran mejores, algo que copiaron a la Alemania de Adolfo Hitler.

En nuestro país, los deportistas de elite se cuentan con los dedos de la mano; a pesar de tener más de 120 millones de habitantes, los éxitos deportivos en las justas internacionales siempre son escasos y por eso los deportistas que logran la gloria de ganar sus competencias se convierten en ídolos.

Pero más allá del reconocimiento público, esos logros no se reflejan en sus condiciones de vida, a pesar de que sus conquistas de inmediata se las apropia el gobierno para pregonar los apoyos y el compromiso existente con las diferentes disciplinas deportivas, aunque eso es totalmente falso.

En México, los triunfos deportivos no significan una mejoría en la calidad de vida.

El mejor ejemplo de ello es Ana Gabriela Guevara, la actual titular de la Conade; en su mejor momento deportivo, la llamada “Gacela Sonorense” era acosada con demandas de una institución bancaria por adeudos contraídos, libró esa situación cuando accedió a un escaño del Senado de la República.

Ahora, cuando la delegación mexicana en Lima, Perú, tuvo una de sus mejores participaciones en unos juegos Panamericanos, sobrepasando los pronósticos oficiales de la Conade, vaticinaba 13 medallas de oro, pero la delegación mexicana que participó obtuvo 136 preseas: 36 de oro, 37 de plata y 63 de bronce, una cifra jamás alcanzada en esa justa que reúne a los mejores deportistas del continente.

En el metal áureo, que a final de cuentas define el lugar que se ocupa en el medallero y donde México quedó en tercer lugar (superado por Estados Unidos y Brasil), se superó en un 180 por ciento lo proyectado por las autoridades deportivas, sin embargo eso no ha sido impedimento para que las voces gubernamentales se atribuyan parte del triunfo y vitoreen que los apoyos a los deportistas y la gestión gubernamental de la 4T son elementos fundamentales para ese triunfo de la delegación mexicana.

No solamente se quedaron cortos en el pronóstico de medallas ganadas, también lo hicieron en el monto de los apoyos anunciados por el presidente López Obrador para los atletas que ganaron una medalla.

El Presidente de la República anunció que el dinero obtenido producto de la venta de la casa de Zhenli Ye Gon (se vendió en 102 millones de pesos) se destinaría para los atletas mexicanos participantes en los Juegos Panamericanos.

Cada deportista de la delegación (544 en total) se les apoyará con 20 mil pesos mensuales durante un año, eso por sí solo suma 130 millones 560 mil pesos; pero hay que agregar los ganadores de preseas con diversos montos para oro, plata y bronce, sumando otros 52 millones de pesos; con eso ya la sumatoria asciende a 182 millones 560 mil pesos y pues entonces resulta que la venta de la casa no va a alcanzar porque faltan 81 millones de pesos para garantizar los apoyos que se ofrecieron.

La realidad es que los testimonios de los atletas ganadores de una medalla, sea cualquier metal que hubieran ganado, indica que antes de recibir cualquier apoyo gubernamental o beca deportivas –las cuales fueron reducidas a partir de enero de este 2019--, fueron sus familiares, los amigos, algunos patrocinadores privados y las actividades para recaudar fondos que ellos o sus allegados organizaron, las fuentes de financiamiento de sus actividades deportivas y la fórmula para comprar los artículos deportivos que les permitan competir dignamente.

Algunos de ellos, como el sonorense José Carlos Villarreal Peinado, ni siquiera entrenan en México, ante la falta de apoyos para atletas como él, que ganó medalla de oro en la carrera de los mil 500 metros y su foto al cruzar la meta se volvió icónica al llegar con una sonrisa en la cara que contrastaba con la de sus perseguidores, entrenan en el extranjero, becados en Universidades de Estados Unidos y con todos los apoyos necesarios para explotar al máximo su potencial atlético.

La inmensa mayoría de estos atletas traen un ciclo de cuatro años de entrenamiento, por ello no puede achacarse el resultado tan positivo a la gestión gubernamental de la 4T; en todo caso lo que ahora hace el gobierno, es lo mismo que hicieron todos los gobiernos anteriores: pararse el cuello con el esfuerzo individual de cada atleta o mejor dicho, hace caravana con sombrero ajeno.


Rafael Cano Franco es reportero y conductor de noticias, también preside el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C.


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