/ lunes 28 de diciembre de 2020

Ciudad Cercana: desarrollo urbano con perspectiva humanista

Cuando iniciamos la administración del gobierno municipal de Chihuahua en 2016, nos encontramos con una ciudad con múltiples deficiencias en términos de servicios públicos: sectores completos sin alumbrado público, calles sin pavimentación, transporte público insuficiente, y claro, colonias que han esperado por más de 20 años para tener un servicio tan indispensable como lo es el agua potable y el drenaje.

Hemos hecho importantes ajustes en el modo de administrar la ciudad, y con ello, hemos alcanzado destacados logros en la satisfacción de estos servicios tan elementales, aún cuando no formaban parte de las responsabilidades del orden municipal. Hemos cubierto el rezago en diversas zonas, por ejemplo, invertimos más de 300 millones de pesos para llevar agua a las colonias marginadas del municipio.

Porque la marginación y la carencia de servicios son una muestra de indolencia en cualquier ciudad; no obstante, los gobiernos debemos ser muy conscientes de que es un gran reto llegar a todos los rincones de las ciudades, y si no comenzamos a regular su crecimiento, llegará el momento en que será imposible.

Y es que en muchos casos, las instancias gubernamentales dedicadas al desarrollo urbano, se han convertido en ventanillas para despachar permisos y realizar meros trámites burocráticos; debido a que en México, aún no contamos con una cultura de la correcta planeación urbana.

Por ello, en la capital del Estado impulsamos la política pública de incentivos a la construcción en Ciudad Cercana; una política pensada para que la expansión de la ciudad hacia las orillas se detenga, especialmente aquella que se hace de forma indolente, con viviendas extremadamente alejadas y sin servicios; para dar paso a una construcción asertiva, con un uso eficiente del suelo y un aprovechamiento de los servicios públicos que ya están instalados y en funcionamiento.

Para lograrlo, recibimos asesoría de expertos de la ciudad de Bilbao, España, una ciudad reconocida por haber logrado una adecuada distribución del suelo y de los servicios públicos con los que cuenta. Y así, trabajamos con la dirección de desarrollo urbano, con la comisión de Desarrollo Urbano del H. Ayuntamiento, y por supuesto, con la academia, el sector productivo y la sociedad civil organizada; y juntos, estamos logrando sentar las bases para acabar con las brechas tan amplias que hoy en día existen.

La marginación es un problema grande en México, y se tiene que detener. Por ejemplo en Ciudad Juárez, donde hay un norponiente y un suroriente que no tienen servicios básicos, y donde los estudiantes universitarios no cuentan con una vía pavimentada y con un transporte público eficiente para llegar a su campus. Una mejor planeación del crecimiento de las ciudades, puede hacer que este tipo de casos se detengan.

Como gobiernos nos corresponde aclarar la visión que tenemos para nuestras ciudades, y dirigir su crecimiento de modo que sea sustentable el mantenimiento óptimo de los servicios, y que nadie tenga que sufrir la carencia de estos nunca más.

Como todo cambio de paradigma, este ha significado un gran reto, pues implica mover las costumbres y las visiones de todos los involucrados, sin embargo, la dignidad humana, hace que valga la pena el gran esfuerzo.

Cuando iniciamos la administración del gobierno municipal de Chihuahua en 2016, nos encontramos con una ciudad con múltiples deficiencias en términos de servicios públicos: sectores completos sin alumbrado público, calles sin pavimentación, transporte público insuficiente, y claro, colonias que han esperado por más de 20 años para tener un servicio tan indispensable como lo es el agua potable y el drenaje.

Hemos hecho importantes ajustes en el modo de administrar la ciudad, y con ello, hemos alcanzado destacados logros en la satisfacción de estos servicios tan elementales, aún cuando no formaban parte de las responsabilidades del orden municipal. Hemos cubierto el rezago en diversas zonas, por ejemplo, invertimos más de 300 millones de pesos para llevar agua a las colonias marginadas del municipio.

Porque la marginación y la carencia de servicios son una muestra de indolencia en cualquier ciudad; no obstante, los gobiernos debemos ser muy conscientes de que es un gran reto llegar a todos los rincones de las ciudades, y si no comenzamos a regular su crecimiento, llegará el momento en que será imposible.

Y es que en muchos casos, las instancias gubernamentales dedicadas al desarrollo urbano, se han convertido en ventanillas para despachar permisos y realizar meros trámites burocráticos; debido a que en México, aún no contamos con una cultura de la correcta planeación urbana.

Por ello, en la capital del Estado impulsamos la política pública de incentivos a la construcción en Ciudad Cercana; una política pensada para que la expansión de la ciudad hacia las orillas se detenga, especialmente aquella que se hace de forma indolente, con viviendas extremadamente alejadas y sin servicios; para dar paso a una construcción asertiva, con un uso eficiente del suelo y un aprovechamiento de los servicios públicos que ya están instalados y en funcionamiento.

Para lograrlo, recibimos asesoría de expertos de la ciudad de Bilbao, España, una ciudad reconocida por haber logrado una adecuada distribución del suelo y de los servicios públicos con los que cuenta. Y así, trabajamos con la dirección de desarrollo urbano, con la comisión de Desarrollo Urbano del H. Ayuntamiento, y por supuesto, con la academia, el sector productivo y la sociedad civil organizada; y juntos, estamos logrando sentar las bases para acabar con las brechas tan amplias que hoy en día existen.

La marginación es un problema grande en México, y se tiene que detener. Por ejemplo en Ciudad Juárez, donde hay un norponiente y un suroriente que no tienen servicios básicos, y donde los estudiantes universitarios no cuentan con una vía pavimentada y con un transporte público eficiente para llegar a su campus. Una mejor planeación del crecimiento de las ciudades, puede hacer que este tipo de casos se detengan.

Como gobiernos nos corresponde aclarar la visión que tenemos para nuestras ciudades, y dirigir su crecimiento de modo que sea sustentable el mantenimiento óptimo de los servicios, y que nadie tenga que sufrir la carencia de estos nunca más.

Como todo cambio de paradigma, este ha significado un gran reto, pues implica mover las costumbres y las visiones de todos los involucrados, sin embargo, la dignidad humana, hace que valga la pena el gran esfuerzo.