/ lunes 27 de julio de 2020

Ni regresar a semáforo rojo, ni perder más vidas ¡debemos cuidarnos más!

Para todos aquéllos que nos encontramos encabezando un gobierno, la pandemia generada por el coronavirus ha sido el reto más grande que hayamos enfrentado en nuestra carrera, y posiblemente en nuestras vidas.

No contábamos con una ruta crítica o algún protocolo a seguir, ante una situación tan nueva y desconocida para todos.

Desde el principio, a todos nos aterró la idea de ser infectados por este nuevo virus, o ver a alguno de nuestros familiares o seres queridos padeciendo la enfermedad. El gobierno federal decretó la jornada de sana distancia, que nos obligó a cerrar la mayoría de nuestras actividades productivas, lo cual, nos condujo a una crisis económica sin precedentes.

Si bien, nos encontramos en una paulatina reactivación de las actividades económicas, parece ser que la pandemia está lejos de terminar, y algunos expertos aseguran que las consecuencias más severas aún no han ocurrido.

En días recientes escuchamos el reporte de algunos hospitales de Chihuahua capital, tanto públicos como privados, en los que afirmaron que ya había sido saturada su capacidad de atención a los pacientes con Covid-19, y que no tendrían más opción que rechazar pacientes que solicitaran el servicio. Esto resulta en extremo alarmante para todos los habitantes, no sólo del municipio, sino de toda la región. Es aterrador sólo pensar que alguien cercano a nosotros requiera la atención y no pueda recibirla por falta de camas hospitalarias.

Muchos hospitales han expresado su intención de ampliar su capacidad de atención, sin embargo, si el crecimiento del número de hospitalizados que hemos tenido en las últimas semanas continúa al ritmo que va, no habrá recursos materiales, ni personal suficiente para atender la demanda.

En el gobierno municipal hemos hecho un gran esfuerzo para atender las necesidades emergentes causadas por la pandemia, con limpieza de espacios, con seguridad pública y con otras acciones como la buena administración de los recursos públicos; todo ello con las medidas de sana distancia e higiene recomendadas por las autoridades.

En el sector productivo se han hecho grandes sacrificios y enormes inversiones para poder seguir trabajando, evitando a toda costa el riesgo de nuevos brotes de contagio. La industria de la transformación ha habilitado estrictos protocolos de higiene, así como una reducción de personal. Así también, los supermercados y tiendas de alimentos y bienes indispensables han ajustado su labor a las exigencias de la pandemia; y muchos comercios, desde restaurantes hasta tiendas departamentales han tenido que reducir o detener sus labores, implicando una pérdida gigantesca de recursos, que en última instancia se traduce en pérdida de empleos y en una severa crisis económica.

Ahora, uno de los más grandes retos a enfrentar es la recuperación de la economía, y para ello, en el gobierno municipal hemos preparado el plan de reactivación económica ¡A Jalar Juntos!, para darle un empujón a los negocios locales, y permitir así la paulatina recuperación de las familias chihuahuenses.

Sin embargo, todo el esfuerzo para la reactivación, todo el sacrificio hecho por restaurantes y comercios, y la gran inversión realizada para implementar protocolos serán en vano si los ciudadanos no toman su papel en este problema y se hacen responsables del cuidado de su propia salud.

Regresar al semáforo rojo sería catastrófico para la economía, y todos queremos evitarlo, por ello, debemos responsabilizarnos en lo personal y en lo colectivo. Ya lo sabemos, usar cubrebocas, monitorear la temperatura, evitar a toda costa las aglomeraciones, etc. Porque lo único peor que volver al rojo, sería perder más vidas por esta enfermedad.


Para todos aquéllos que nos encontramos encabezando un gobierno, la pandemia generada por el coronavirus ha sido el reto más grande que hayamos enfrentado en nuestra carrera, y posiblemente en nuestras vidas.

No contábamos con una ruta crítica o algún protocolo a seguir, ante una situación tan nueva y desconocida para todos.

Desde el principio, a todos nos aterró la idea de ser infectados por este nuevo virus, o ver a alguno de nuestros familiares o seres queridos padeciendo la enfermedad. El gobierno federal decretó la jornada de sana distancia, que nos obligó a cerrar la mayoría de nuestras actividades productivas, lo cual, nos condujo a una crisis económica sin precedentes.

Si bien, nos encontramos en una paulatina reactivación de las actividades económicas, parece ser que la pandemia está lejos de terminar, y algunos expertos aseguran que las consecuencias más severas aún no han ocurrido.

En días recientes escuchamos el reporte de algunos hospitales de Chihuahua capital, tanto públicos como privados, en los que afirmaron que ya había sido saturada su capacidad de atención a los pacientes con Covid-19, y que no tendrían más opción que rechazar pacientes que solicitaran el servicio. Esto resulta en extremo alarmante para todos los habitantes, no sólo del municipio, sino de toda la región. Es aterrador sólo pensar que alguien cercano a nosotros requiera la atención y no pueda recibirla por falta de camas hospitalarias.

Muchos hospitales han expresado su intención de ampliar su capacidad de atención, sin embargo, si el crecimiento del número de hospitalizados que hemos tenido en las últimas semanas continúa al ritmo que va, no habrá recursos materiales, ni personal suficiente para atender la demanda.

En el gobierno municipal hemos hecho un gran esfuerzo para atender las necesidades emergentes causadas por la pandemia, con limpieza de espacios, con seguridad pública y con otras acciones como la buena administración de los recursos públicos; todo ello con las medidas de sana distancia e higiene recomendadas por las autoridades.

En el sector productivo se han hecho grandes sacrificios y enormes inversiones para poder seguir trabajando, evitando a toda costa el riesgo de nuevos brotes de contagio. La industria de la transformación ha habilitado estrictos protocolos de higiene, así como una reducción de personal. Así también, los supermercados y tiendas de alimentos y bienes indispensables han ajustado su labor a las exigencias de la pandemia; y muchos comercios, desde restaurantes hasta tiendas departamentales han tenido que reducir o detener sus labores, implicando una pérdida gigantesca de recursos, que en última instancia se traduce en pérdida de empleos y en una severa crisis económica.

Ahora, uno de los más grandes retos a enfrentar es la recuperación de la economía, y para ello, en el gobierno municipal hemos preparado el plan de reactivación económica ¡A Jalar Juntos!, para darle un empujón a los negocios locales, y permitir así la paulatina recuperación de las familias chihuahuenses.

Sin embargo, todo el esfuerzo para la reactivación, todo el sacrificio hecho por restaurantes y comercios, y la gran inversión realizada para implementar protocolos serán en vano si los ciudadanos no toman su papel en este problema y se hacen responsables del cuidado de su propia salud.

Regresar al semáforo rojo sería catastrófico para la economía, y todos queremos evitarlo, por ello, debemos responsabilizarnos en lo personal y en lo colectivo. Ya lo sabemos, usar cubrebocas, monitorear la temperatura, evitar a toda costa las aglomeraciones, etc. Porque lo único peor que volver al rojo, sería perder más vidas por esta enfermedad.