/ jueves 4 de julio de 2019

La economía está dando señales

Los países no se arruinan en un año, ni en dos ni en tres… hasta para hacer las cosas mal hay que hacerlas con calma. Al final, comparar a México con Venezuela, como lo han estado haciendo algunos sectores de la sociedad, puede ser cierto o peor… entre los países más poblados, México es el país 10, Venezuela es el 45; entre los países más grandes, México es el país 13, Venezuela es el 32; entre los países más ricos, México es el país 15, Venezuela es el 69.


Por las dimensiones de México, la situación podría ser grave. Evidentemente no es lo mismo que el empleo caiga un 88% en un país con 120 millones de habitantes como México, que en un país con 30 millones de habitantes como Venezuela. En México, ahora sí, con cifras atribuibles a este sexenio, la oferta y demanda de productos y servicios cayó 0.5%, las inversiones públicas y privadas también cayeron, la creación de empleos cayó 88%, el crecimiento económico está entre 0.8% y 1.8% o sea menos de la mitad que el promedio del sexenio pasado que fue de 2%...


En fechas recientes, el Consejo Coordinador Empresarial se reunió con Andrés Manuel López Obrador para firmar un acuerdo de inversiones durante el sexenio, inversiones que están detenidas o a punto de concretarse pero inversiones que, digo yo, no se harán. Los empresarios hablan con lengua de madera y hacen muy bien en no arriesgar su dinero ante las señales de incertidumbre que generan decisiones equivocadas.


En Argentina, al presidente Mauricio Macri, a principios de su mandato, los empresarios le prometieron inversiones para reactivar la economía del país pero esas inversiones nunca llegaron, al contrario, muchas Pymes cerraron, se fundieron. Hoy, Argentina está en deuda con el Fondo Monetario Internacional y el peligro de ‘default’, es decir en peligro de no poder pagar la deuda, de ser insolvente. Y es que nadie invierte para perder, obviamente.


En México, con el gasto en programas sociales más los problemas de Pemex y más la caída en la inversión, el aumento de la inseguridad… las consecuencias pueden ser graves. Cuando un país despide a trabajadores del gobierno como lo está haciendo México, está muy bien, porque evidentemente disminuye el gasto público y ahorra. Pero cuando el ahorro del gobierno no está acompañado de inversiones privadas nacionales o extranjeras, la economía se cae.


El mundo no está en recesión económica y el principal socio comercial de México, que es Estados Unidos, menos. Algunos países están mejor que otros, como siempre, claro, pero nada de consecuencias globales. Los problemas entre Estados Unidos y China podrían provocar una crisis, sí, pero para Estados Unidos es primordial corregir el desvío de comercio y la competencia desleal de China.


Difícilmente algún estadounidense puede decir que Donald Trump lo está haciendo mal, al contrario, la economía va bien; habrá quien no esté de acuerdo con las formas, pero él está en lo suyo. México es todo lo contrario, y cómo estará el asunto que en un momento de crecimiento económico de Estados Unidos, México no puede crecer, cuando siempre o casi siempre México ha crecido al ritmo de la economía norteamericana.

Los países no se arruinan en un año, ni en dos ni en tres… hasta para hacer las cosas mal hay que hacerlas con calma. Al final, comparar a México con Venezuela, como lo han estado haciendo algunos sectores de la sociedad, puede ser cierto o peor… entre los países más poblados, México es el país 10, Venezuela es el 45; entre los países más grandes, México es el país 13, Venezuela es el 32; entre los países más ricos, México es el país 15, Venezuela es el 69.


Por las dimensiones de México, la situación podría ser grave. Evidentemente no es lo mismo que el empleo caiga un 88% en un país con 120 millones de habitantes como México, que en un país con 30 millones de habitantes como Venezuela. En México, ahora sí, con cifras atribuibles a este sexenio, la oferta y demanda de productos y servicios cayó 0.5%, las inversiones públicas y privadas también cayeron, la creación de empleos cayó 88%, el crecimiento económico está entre 0.8% y 1.8% o sea menos de la mitad que el promedio del sexenio pasado que fue de 2%...


En fechas recientes, el Consejo Coordinador Empresarial se reunió con Andrés Manuel López Obrador para firmar un acuerdo de inversiones durante el sexenio, inversiones que están detenidas o a punto de concretarse pero inversiones que, digo yo, no se harán. Los empresarios hablan con lengua de madera y hacen muy bien en no arriesgar su dinero ante las señales de incertidumbre que generan decisiones equivocadas.


En Argentina, al presidente Mauricio Macri, a principios de su mandato, los empresarios le prometieron inversiones para reactivar la economía del país pero esas inversiones nunca llegaron, al contrario, muchas Pymes cerraron, se fundieron. Hoy, Argentina está en deuda con el Fondo Monetario Internacional y el peligro de ‘default’, es decir en peligro de no poder pagar la deuda, de ser insolvente. Y es que nadie invierte para perder, obviamente.


En México, con el gasto en programas sociales más los problemas de Pemex y más la caída en la inversión, el aumento de la inseguridad… las consecuencias pueden ser graves. Cuando un país despide a trabajadores del gobierno como lo está haciendo México, está muy bien, porque evidentemente disminuye el gasto público y ahorra. Pero cuando el ahorro del gobierno no está acompañado de inversiones privadas nacionales o extranjeras, la economía se cae.


El mundo no está en recesión económica y el principal socio comercial de México, que es Estados Unidos, menos. Algunos países están mejor que otros, como siempre, claro, pero nada de consecuencias globales. Los problemas entre Estados Unidos y China podrían provocar una crisis, sí, pero para Estados Unidos es primordial corregir el desvío de comercio y la competencia desleal de China.


Difícilmente algún estadounidense puede decir que Donald Trump lo está haciendo mal, al contrario, la economía va bien; habrá quien no esté de acuerdo con las formas, pero él está en lo suyo. México es todo lo contrario, y cómo estará el asunto que en un momento de crecimiento económico de Estados Unidos, México no puede crecer, cuando siempre o casi siempre México ha crecido al ritmo de la economía norteamericana.