Cordelia Fine es una psicóloga y filosofa canadiense, que realizó sus estudios en la Universidad de Oxford, en la Universidad de Cambridge y en la Universidad de Londres, en Inglaterra; de acuerdo con Cordelia Fine, el cerebro humano en todo momento busca sobrevivir, no busca la verdad.
Facundo Manes es un neurocientífico y político argentino, que realizó sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, Argentina y en la Universidad de Cambridge, Inglaterra; de acuerdo con Facundo Manes, para los seres humanos es más importante el sentido de pertenencia que la verdad.
Ambos académicos, Cordelia Fine y Facundo Manes, coinciden en que la prioridad de los seres humanos es dejarse llevar por lo que les dice su instinto de supervivencia, sin importar si están yendo por el camino de la verdad o por el camino de la mentira.
Es muy importante tomar en cuenta la opinión de académicos e investigadores de primer nivel en temas de psicología -ciencia o estudio de la mente y de la conducta en personas o animales- y la neurología -ciencia o estudio del sistema nervioso y de sus enfermedades-, para tener una visión más precisa de la actualidad del país.
La situación económica, laboral, académica, de seguridad y salud en México, los últimos meses, han reportado una tendencia, en mayor o menor medida, negativa. Los datos así lo indican. Sin embargo, a pesar de la tendencia negativa en diversos sectores, el optimismo de la gente continúa casi intacto.
Es normal y es entendible que, como mencionan Cordelia Fine y Facundo Manes, a la gente no le importe saber la verdad, que a la gente no le importe conocer los datos y que la gente ni siquiera se ponga a pensar en las consecuencias a largo plazo de determinadas decisiones en temas de interés nacional.
México está sacrificando el futuro de todos por el presente de algunos. Ayn Rand, filosofa y escritora rusa, en su libro “La virtud del egoísmo” que contiene un capítulo llamado “La ética de las emergencias” definió al sacrificio como la entrega de un valor superior en beneficio de un valor menor.
Los programas de ayuda social son “pan para hoy y hambre para mañana”. A la sociedad hay que hacerla competitiva, no bondadosa. Las ideas que se están implementando no son nuevas y lo peor es que nunca han funcionado en ningún país.
