/ jueves 19 de septiembre de 2019

Los impuestos en la economía digital

La aplicación de impuestos a los servicios digitales no es un tema nuevo en el mundo, pero sí en México. En Francia ya se cobra un 3% de impuestos a las empresas nacionales que se encuentran en el umbral de ganancias de 25 millones de euros y a las empresas internacionales que se encuentran en el umbral de ganancias de 750 millones de euros.

En la Unión Europea algunos países se encuentran con diversos estatus, por ejemplo: en Austria, Bélgica, Reino Unido, Italia y España ya fue hecha la propuesta, mientras que en la República Checa ya se anunciaron medidas para la implementación del impuesto relacionado a servicios y plataformas digitales, y actividades de ventas y mercadotecnia de intangibles.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó el 13 el febrero del 2019 un texto llamado ‘Addressing the tax challenges of the digitalization of the economy’ (que podría traducirse como “Abordando los desafíos fiscales de la digitalización de la economía”) en donde se realizan algunas recomendaciones técnicas para evitar problemas como la doble tributación.

Lo que haría México al introducir este nuevo impuesto o aplicarlo ahora a pesar de ser considerado desde tiempo atrás es implementar las mismas medidas internacionales que otros países. Sin embargo, hay cuestiones que no se deben pasar por alto como la correcta configuración técnica para facilitar la operación de las empresas multinacionales, el correcto funcionamiento del Servicio de Administración Tributaria y calcular el impacto que puede tener en las pymes que utilizan las nuevas plataformas digitales como parte de sus estrategias de comercialización, crecimiento y globalización.

Lo llamativo en México es que la implementación de este nuevo impuesto dirigido a la economía digital coincide con el intento de castigar como delincuencia organizada a la evasión fiscal y además, coincide también con la urgente necesidad de acaparar a nuevos contribuyentes para así fortalecer las finanzas públicas y poder cumplir con las promesas en cuanto a la distribución de la riqueza a través de planes sociales.

Las cuentas no le dan al país, tan fácil como eso. Y si se van a cobrar más impuestos para estarlos malgastando, peor que peor. O diga usted, ¿Cómo están las calles? ¿Cómo está la infraestructura? ¿Cómo están los servicios de salud pública? ¿Cómo está la educación publica? O siguiendo con el tema de la digitalización, ¿Qué servicios digitales ofrece el gobierno?

En México algunos servicios pueden hacerse de manera digital como la declaración de impuestos y alguno más. Ni si quiera existen datos abiertos o las páginas de internet se caen cuando alguna información delicada puede comprometer a alguien, todavía faltan muchos avances en cuanto a gobernanza digital pero eso sí, los impuestos en la economía digital ya los quieren cobrar.

La aplicación de impuestos a los servicios digitales no es un tema nuevo en el mundo, pero sí en México. En Francia ya se cobra un 3% de impuestos a las empresas nacionales que se encuentran en el umbral de ganancias de 25 millones de euros y a las empresas internacionales que se encuentran en el umbral de ganancias de 750 millones de euros.

En la Unión Europea algunos países se encuentran con diversos estatus, por ejemplo: en Austria, Bélgica, Reino Unido, Italia y España ya fue hecha la propuesta, mientras que en la República Checa ya se anunciaron medidas para la implementación del impuesto relacionado a servicios y plataformas digitales, y actividades de ventas y mercadotecnia de intangibles.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó el 13 el febrero del 2019 un texto llamado ‘Addressing the tax challenges of the digitalization of the economy’ (que podría traducirse como “Abordando los desafíos fiscales de la digitalización de la economía”) en donde se realizan algunas recomendaciones técnicas para evitar problemas como la doble tributación.

Lo que haría México al introducir este nuevo impuesto o aplicarlo ahora a pesar de ser considerado desde tiempo atrás es implementar las mismas medidas internacionales que otros países. Sin embargo, hay cuestiones que no se deben pasar por alto como la correcta configuración técnica para facilitar la operación de las empresas multinacionales, el correcto funcionamiento del Servicio de Administración Tributaria y calcular el impacto que puede tener en las pymes que utilizan las nuevas plataformas digitales como parte de sus estrategias de comercialización, crecimiento y globalización.

Lo llamativo en México es que la implementación de este nuevo impuesto dirigido a la economía digital coincide con el intento de castigar como delincuencia organizada a la evasión fiscal y además, coincide también con la urgente necesidad de acaparar a nuevos contribuyentes para así fortalecer las finanzas públicas y poder cumplir con las promesas en cuanto a la distribución de la riqueza a través de planes sociales.

Las cuentas no le dan al país, tan fácil como eso. Y si se van a cobrar más impuestos para estarlos malgastando, peor que peor. O diga usted, ¿Cómo están las calles? ¿Cómo está la infraestructura? ¿Cómo están los servicios de salud pública? ¿Cómo está la educación publica? O siguiendo con el tema de la digitalización, ¿Qué servicios digitales ofrece el gobierno?

En México algunos servicios pueden hacerse de manera digital como la declaración de impuestos y alguno más. Ni si quiera existen datos abiertos o las páginas de internet se caen cuando alguna información delicada puede comprometer a alguien, todavía faltan muchos avances en cuanto a gobernanza digital pero eso sí, los impuestos en la economía digital ya los quieren cobrar.