“La grandeza del ser humano no radica en su poderío tecnológico o su dominio sobre la naturaleza, sino en su capacidad para crear y trascender”
Sin duda, la vida de los seres humanos, no acontece en aislamiento, o lugares cerrados desprovistos de interacciones, con otras personas.
El acontecimiento vital sucede cada día; pero es necesario darse cuenta, que en ocasiones no alcanzamos a comprender la dinámica del mundo caótico que habitamos.
Curiosamente todo ser humano, de acuerdo a la cultura, edad y tradiciones, intenta definir la muerte, pero esto es algo, que no podemos evitar y simplemente nos seguimos nos muriendo.
En muchas regiones del planeta, se habla y se reflexiona, sobre las perspectivas de la paz y también seguimos privándole la vida a otro ser humano por un conflicto; hacemos lo mismo sobre la violencia, cada quien tiene su teoría y sus argumentos; pero seguimos ejerciendo la violencia en muchas regiones del país; como una forma de vida, a tal grado que ya no nos asombra.
Algunos debaten y formulan reglas, sobre la justicia, la salud, la pobreza y el hambre, que aqueja a millones de seres humanos en todo el planeta; también señalamos, debatimos y condenamos la corrupción; hablamos de calidad de vida y curiosamente nuestras relaciones son más inmediatas y pasajeras.
Pero estimado lector, con todo esto; llegaremos a la conclusión de que estamos perdiendo el sentido de esta realidad, colocando al margen la vida cotidiana de los seres humanos y sus circunstancias vitales del día a día.
Porque allá afuera, precisamente en las calles, donde todos los seres humanos, encontramos el acontecimiento vital y nos enfrentamos a la vida misma y en muchas ocasiones a situaciones desfavorables para la famosa “humanización”.
Porque no solo en nuestro país, sino también en esta ciudad; la violencia, el hambre, la desazón, la marginación, la angustia, la infamia, la corrupción, la desigualdad y la injusticia, acontecen día a día.
Pero cuando intentamos comprender, todas estas situaciones, nocivas para la vida de los seres humanos, y tratamos de hacerle frente, nos damos el valor de hacer una crítica a las instituciones para atribuirle al “sistema” la responsabilidad.
Se nos olvida, que quienes hacen las instituciones o los sistemas, y quienes están detrás de ellos; son seres humanos.
Debemos percatarnos que la apariencia y distracción del famoso "sistema"; ahí donde incurren la política, la economía, e incluso las expresiones religiosas, son simplemente controladas por personas, y que sus decisiones, acciones y/o las consecuencias de estas, afectan todas las actividades y relaciones con otras personas.
Importante mencionar que todo ser humano tiene dones, que cada vez menos los ejerce, o tal vez ya los ha olvidado.
Cualidades que nos hacen sentir, especialmente útiles, válidos, creativos, y bondadosos; capaces de impactar a los demás, pero lo más importante, de poder manifestarlo en nuestro día a día.
Recordemos que el ser humano, a lo largo del tiempo, ha sido dotado de habilidades y capacidades, que por supuesto lo distinguen de otras criaturas.
Estos dones, tanto innatos y otros aprendidos, han sido fundamentales para nuestra supervivencia, evolución y desarrollo como especie; ejemplos como: Inteligencia y Creatividad, Empatía y Comunicación, Curiosidad y Aprendizaje, Resiliencia y Adaptabilidad.
Y bueno estimado lector podría preguntar; de todos los anteriores ¿Cuál habilidad usted sigue ejerciendo? Es necesario repensar, que las relaciones con otras personas; no tienen por qué ser o estar en el orden de la depredación, la agresión, la violencia o el salvajismo; como un recurso de su vida diaria.
Recuerde que todo cambio, es tan solo una actitud. Podría ser interesante, restablecer la confianza, en las relaciones humanas, fincada en el respeto la amistad, sociabilidad, solidaridad, generosidad y reciprocidad; mediante una racionalidad, que no descuide el aspecto de la intención, y de las acciones de otras personas.
Todo lo anterior; con el simple propósito de tener un mundo mejor para todos; pero lo más importante, y que no podemos perder, es la imaginación y nuestra capacidad para adaptarnos y aprender de la adversidad.
Recuerde que usted tiene habilidades y capacidades, para enfrentar los problemas que se le presenten, y la solución a estos, ha sido determinante, en vida que comparte con su familia.