/ sábado 4 de junio de 2022

Prohibido leer 

“No solo se cierran las fronteras a los seres humanos, también se cierran las fronteras a ciertas obras, por razones que no se alcanzan a comprender”

Por supuesto me refiero a los libros censurados y prohibidos, en especial aquellos con temática de raza y género que provocan controversia.

En occidente la censura surge en Estados Unidos, con la -American Library Association- (asociación de bibliotecas estadounidenses), la más antigua e influyente del mundo establecida el 6 de octubre de 1876.

Esta asociación redacta cada año un informe anual que monitoriza los “esfuerzos” de diferentes grupos políticos que buscan prohibir libros en bibliotecas y colegios de este país.

Deborah Caldwell-Stone, directora de esta asociación, lleva trabajando más de 20 años en la redacción de estos informes y refiere que ha detectado un auge por retirar libros, especialmente aquellos de contenido de diversidad racial y sexualidad.

Antes del 2020 se recibían uno o dos informes a la semana y ahora en este 2022, se están recibiendo varios al día, pero se espera que ese número vaya en aumento, en un momento en que la controversia sobre el concepto de raza en la educación cobra fuerza, ya que se cuestiona la educación sobre el racismo y la discriminación a través de medidas legislativas.

El veto alcanza también a títulos como la autobiografía de Malala Yousafzai y libros infantiles sobre Rosa Parks y Martin Luther King Jr, otro ejemplo lo tenemos con “Fun Home”, tragicomedia familiar, cómica y desoladora, basada en las experiencias de su autora, Alison Bechdel; el cual ha sido seleccionado, como uno de los cien mejores libros del año por The New York Times.

Sin embargo, las inclinaciones homosexuales del padre de la autora, han puesto el libro en el foco de la censura.

Lo mismo sucede con el libro “Ojos Azules” de Toni Morrison, premio Nobel de Literatura 1993, el cual fue retirado de las bibliotecas escolares por contener -contenido explícito-, relacionado con la esclavitud y la comunidad de color en Estados Unidos.

Es importante mencionar que además se ha solicitado que se quemen los libros supuestamente aquellos que son “ofensivos”, que tratan temática LGBTQIA+

Según Caldwell-Stone, las principales organizaciones que están detrás de este movimiento son Heritage Action, Heritage Foundation y Family Policy Alliance.

Organizaciones que incitan a los padres de familia, a revisar la educación que reciben sus hijos en un colegio, bajo el argumento que es un desafío a los valores democráticos de libertad de expresión, libertad de pensamiento y libertad de creencias.

Al menos 29 estados de Estados Unidos, han implementado proyectos de ley, que pretenden limitar las lecciones sobre raza y desigualdad, que se imparten en las escuelas estadounidenses.

El antecedente de la censura en América, surge en 1531 cuando aparecen leyes prohibitivas contra “libros de romance o imaginación”, por temer que aquellos que los leen “se entregaran a la lectura perniciosa de los profanos y abandonaran los catecismos”.

En aquel tiempo como el “Quijote” de Cervantes, el “Amadis” de Gaula; “Deleitar aprovechando” de Tirso de Molina; “Proverbios” de Seneca, “La vida del Buscón”, de Quevedo, “Coplas” de Jorge Manrique; las obras de Góngora, “El Conde Lucanor”, “Paraíso perdido” de Milton, “El Contrato Social” de Rousseau, y algunos otros más fueron calificados como prohibidos en su momento.

Recordemos que obras maestras del canon universal, tratados científicos o ensayos filosóficos, han sido condenados, quemados y puestos bajo arresto, incluso también junto con sus autores.

Aunque el informe anual de 2021 todavía no se ha publicado, en 2020 llegaron a señalarse más de 270 libros que fueron cuestionados o prohibidos, cuyos temas para la censura, son el racismo así como aquellos que comparten historias de indígenas o personas de color, al mismo tiempo va en aumento la lista de libros que abordan temas y cuestiones que preocupan a las personas LGBTQIA+.

Curiosamente en pleno siglo de la informática, aún existen personas, que prefieren ceder su criterio y obedecer las ‘reglas” impuestas por algunos investidos con una autoridad moral enajenante.

No podemos olvidar que educarse para razonar y reflexionar libremente, es un valor, pero también un derecho casi absoluto, que no podemos perder; porque frente a un escenario “prohibido” no nos podemos dar el lujo de ser esclavos voluntarios.


“No solo se cierran las fronteras a los seres humanos, también se cierran las fronteras a ciertas obras, por razones que no se alcanzan a comprender”

Por supuesto me refiero a los libros censurados y prohibidos, en especial aquellos con temática de raza y género que provocan controversia.

En occidente la censura surge en Estados Unidos, con la -American Library Association- (asociación de bibliotecas estadounidenses), la más antigua e influyente del mundo establecida el 6 de octubre de 1876.

Esta asociación redacta cada año un informe anual que monitoriza los “esfuerzos” de diferentes grupos políticos que buscan prohibir libros en bibliotecas y colegios de este país.

Deborah Caldwell-Stone, directora de esta asociación, lleva trabajando más de 20 años en la redacción de estos informes y refiere que ha detectado un auge por retirar libros, especialmente aquellos de contenido de diversidad racial y sexualidad.

Antes del 2020 se recibían uno o dos informes a la semana y ahora en este 2022, se están recibiendo varios al día, pero se espera que ese número vaya en aumento, en un momento en que la controversia sobre el concepto de raza en la educación cobra fuerza, ya que se cuestiona la educación sobre el racismo y la discriminación a través de medidas legislativas.

El veto alcanza también a títulos como la autobiografía de Malala Yousafzai y libros infantiles sobre Rosa Parks y Martin Luther King Jr, otro ejemplo lo tenemos con “Fun Home”, tragicomedia familiar, cómica y desoladora, basada en las experiencias de su autora, Alison Bechdel; el cual ha sido seleccionado, como uno de los cien mejores libros del año por The New York Times.

Sin embargo, las inclinaciones homosexuales del padre de la autora, han puesto el libro en el foco de la censura.

Lo mismo sucede con el libro “Ojos Azules” de Toni Morrison, premio Nobel de Literatura 1993, el cual fue retirado de las bibliotecas escolares por contener -contenido explícito-, relacionado con la esclavitud y la comunidad de color en Estados Unidos.

Es importante mencionar que además se ha solicitado que se quemen los libros supuestamente aquellos que son “ofensivos”, que tratan temática LGBTQIA+

Según Caldwell-Stone, las principales organizaciones que están detrás de este movimiento son Heritage Action, Heritage Foundation y Family Policy Alliance.

Organizaciones que incitan a los padres de familia, a revisar la educación que reciben sus hijos en un colegio, bajo el argumento que es un desafío a los valores democráticos de libertad de expresión, libertad de pensamiento y libertad de creencias.

Al menos 29 estados de Estados Unidos, han implementado proyectos de ley, que pretenden limitar las lecciones sobre raza y desigualdad, que se imparten en las escuelas estadounidenses.

El antecedente de la censura en América, surge en 1531 cuando aparecen leyes prohibitivas contra “libros de romance o imaginación”, por temer que aquellos que los leen “se entregaran a la lectura perniciosa de los profanos y abandonaran los catecismos”.

En aquel tiempo como el “Quijote” de Cervantes, el “Amadis” de Gaula; “Deleitar aprovechando” de Tirso de Molina; “Proverbios” de Seneca, “La vida del Buscón”, de Quevedo, “Coplas” de Jorge Manrique; las obras de Góngora, “El Conde Lucanor”, “Paraíso perdido” de Milton, “El Contrato Social” de Rousseau, y algunos otros más fueron calificados como prohibidos en su momento.

Recordemos que obras maestras del canon universal, tratados científicos o ensayos filosóficos, han sido condenados, quemados y puestos bajo arresto, incluso también junto con sus autores.

Aunque el informe anual de 2021 todavía no se ha publicado, en 2020 llegaron a señalarse más de 270 libros que fueron cuestionados o prohibidos, cuyos temas para la censura, son el racismo así como aquellos que comparten historias de indígenas o personas de color, al mismo tiempo va en aumento la lista de libros que abordan temas y cuestiones que preocupan a las personas LGBTQIA+.

Curiosamente en pleno siglo de la informática, aún existen personas, que prefieren ceder su criterio y obedecer las ‘reglas” impuestas por algunos investidos con una autoridad moral enajenante.

No podemos olvidar que educarse para razonar y reflexionar libremente, es un valor, pero también un derecho casi absoluto, que no podemos perder; porque frente a un escenario “prohibido” no nos podemos dar el lujo de ser esclavos voluntarios.