/ sábado 30 de marzo de 2024

La frantumaglia de Ferrante

“El pasado es un país extranjero, allí las cosas se hacen de otra manera”

L.P Hartley

La frantumaglia, es un libro que se publicó en Italia en 2003. Se trata de una recopilación de cartas, entrevistas y otros textos, en los que la autora Elena Ferrante, explica su proceso creativo.

Curiosamente el título “frantumaglia” es una palabra utilizada por su madre, la cual no existe en ningún diccionario.

De tal forma que <frantumaglia> es un regionalismo italiano. Que utilizaba la madre de la escritora, para expresar sentimientos dolorosos y encontrados; "tengo una frantumaglia aquí dentro" decía la mujer cuando había melancolía, tristeza o depresión.

El libro es una biografía fragmentada, que recuerda aquel léxico familiar de la niñez, cuando las lágrimas de “frantumaglia”, aparecían sin que se supiese el motivo.

En la obra, encontramos; notas, fragmentos inéditos, correspondencia y entrevistas; materiales que permiten tener, una imagen más completa de la autora.

Curiosamente no habla de los varones toscos, violentos, cuya última encarnación son los agresores vulgares de las redes sociales, quienes siguen tratando a la mujer, como animales adorables.

Es más útil hablar de los educados y cultos, de los compañeros de trabajo y de estudio.

Los “hombres ferrantianos”, son aquellos que ayudan a la mujer para vivir con libertad; aquellos que lo hacen sin demasiadas palabras, y sin pretender recompensas.

Desde niña le incomodaba la realidad cotidiana, refiere que lo narrable, y la idea de la fragmentación de la multiplicidad de voces, que nos constituyen como seres humanos, es una constante en su obra.

También rechaza la notoriedad y la fama de los libros como las únicas posibilidades de medir el éxito de quien escribe. Refiere que una obra, se debe sostener por sus propios medios sin el autor, y que las expectativas de los lectores, deben estar en los libros no en quien los escribe.

Frente a estos preceptos, Elena Ferrante ha logrado encontrar, la libertad creativa para escribir, en Frantumaglia ilustra la elección de expresarse a través de los textos, como un acto de generosidad. Así que su seudónimo no obedece al egoísmo, por el contrario, su resistencia a lo que ella describe como las trampas del ego y la fama, es una manera de crear un espacio literario, donde la interpretación de la ficción se libera de la realidad del autor y ofrece al lector un rol protagónico.

Menciona que existen personas nos aman o también aquellas nos odian, quienes mantienen unidos los miles de fragmentos de los que estamos hechos.

Por esa razón para la autora, escribir es más que suficiente, y no es necesario que el escritor, se convierta en un personaje o una estrella iluminada por los reflectores, por tal motivo ha decidido ocultar su identidad, y publicar a través de un seudónimo.

Escribir es la única manera de trascender, para mirar con nuevos ojos, descubrimientos valiosos; nos hace recordar que en ocasiones no hay motivo para escuchar algo que ya es conocido.

Pero, al contrario, nos hace reflexionar en la importancia de la relectura y, sobre todo de la imaginación.

Esto nos acerca al proceso creativo como un acto vivo y lleno de preguntas para deslizar opiniones contundentes sobre política, historia y feminismo.

Es importante mencionar que el nombre de <Elena Ferrante>, es el seudónimo que utiliza la escritora de la cual hay muy poca información.

Algunos afirman que nació en Nápoles en 1943, que se mudó a Grecia y finalmente radicar en Turín.

Considerada, como la mejor escritora italiana de su generación, una autora inusual que ha conseguido seducir a diferentes tipos de lectores. Y que solo sus editores, saben quién se esconde bajo ese seudónimo.

Quien se ha convertido en una de las autoras más influyentes de la literatura contemporánea.

En frantumaglia Elena Ferrante, se convierte en la defensora de que los libros no necesitan en absoluto a sus autores, porque escribir es un oficio que no te permite ser conformista, se escribe para tener libertad, no para ser prisionero del texto.

Además, escribir te permite migrar a otras regiones, sin traicionar tus orígenes; sino todo lo contrario, los fortalece y los consolida ya que nos da identidad y sentido de pertenencia.

Así que estimado lector, sin saberlo tal vez todos ya hemos experimentado episodios de “frantumaglia” donde hay sentimientos que se manifiestan en tristeza, melancolía o depresión.

¿Será cierto?







“El pasado es un país extranjero, allí las cosas se hacen de otra manera”

L.P Hartley

La frantumaglia, es un libro que se publicó en Italia en 2003. Se trata de una recopilación de cartas, entrevistas y otros textos, en los que la autora Elena Ferrante, explica su proceso creativo.

Curiosamente el título “frantumaglia” es una palabra utilizada por su madre, la cual no existe en ningún diccionario.

De tal forma que <frantumaglia> es un regionalismo italiano. Que utilizaba la madre de la escritora, para expresar sentimientos dolorosos y encontrados; "tengo una frantumaglia aquí dentro" decía la mujer cuando había melancolía, tristeza o depresión.

El libro es una biografía fragmentada, que recuerda aquel léxico familiar de la niñez, cuando las lágrimas de “frantumaglia”, aparecían sin que se supiese el motivo.

En la obra, encontramos; notas, fragmentos inéditos, correspondencia y entrevistas; materiales que permiten tener, una imagen más completa de la autora.

Curiosamente no habla de los varones toscos, violentos, cuya última encarnación son los agresores vulgares de las redes sociales, quienes siguen tratando a la mujer, como animales adorables.

Es más útil hablar de los educados y cultos, de los compañeros de trabajo y de estudio.

Los “hombres ferrantianos”, son aquellos que ayudan a la mujer para vivir con libertad; aquellos que lo hacen sin demasiadas palabras, y sin pretender recompensas.

Desde niña le incomodaba la realidad cotidiana, refiere que lo narrable, y la idea de la fragmentación de la multiplicidad de voces, que nos constituyen como seres humanos, es una constante en su obra.

También rechaza la notoriedad y la fama de los libros como las únicas posibilidades de medir el éxito de quien escribe. Refiere que una obra, se debe sostener por sus propios medios sin el autor, y que las expectativas de los lectores, deben estar en los libros no en quien los escribe.

Frente a estos preceptos, Elena Ferrante ha logrado encontrar, la libertad creativa para escribir, en Frantumaglia ilustra la elección de expresarse a través de los textos, como un acto de generosidad. Así que su seudónimo no obedece al egoísmo, por el contrario, su resistencia a lo que ella describe como las trampas del ego y la fama, es una manera de crear un espacio literario, donde la interpretación de la ficción se libera de la realidad del autor y ofrece al lector un rol protagónico.

Menciona que existen personas nos aman o también aquellas nos odian, quienes mantienen unidos los miles de fragmentos de los que estamos hechos.

Por esa razón para la autora, escribir es más que suficiente, y no es necesario que el escritor, se convierta en un personaje o una estrella iluminada por los reflectores, por tal motivo ha decidido ocultar su identidad, y publicar a través de un seudónimo.

Escribir es la única manera de trascender, para mirar con nuevos ojos, descubrimientos valiosos; nos hace recordar que en ocasiones no hay motivo para escuchar algo que ya es conocido.

Pero, al contrario, nos hace reflexionar en la importancia de la relectura y, sobre todo de la imaginación.

Esto nos acerca al proceso creativo como un acto vivo y lleno de preguntas para deslizar opiniones contundentes sobre política, historia y feminismo.

Es importante mencionar que el nombre de <Elena Ferrante>, es el seudónimo que utiliza la escritora de la cual hay muy poca información.

Algunos afirman que nació en Nápoles en 1943, que se mudó a Grecia y finalmente radicar en Turín.

Considerada, como la mejor escritora italiana de su generación, una autora inusual que ha conseguido seducir a diferentes tipos de lectores. Y que solo sus editores, saben quién se esconde bajo ese seudónimo.

Quien se ha convertido en una de las autoras más influyentes de la literatura contemporánea.

En frantumaglia Elena Ferrante, se convierte en la defensora de que los libros no necesitan en absoluto a sus autores, porque escribir es un oficio que no te permite ser conformista, se escribe para tener libertad, no para ser prisionero del texto.

Además, escribir te permite migrar a otras regiones, sin traicionar tus orígenes; sino todo lo contrario, los fortalece y los consolida ya que nos da identidad y sentido de pertenencia.

Así que estimado lector, sin saberlo tal vez todos ya hemos experimentado episodios de “frantumaglia” donde hay sentimientos que se manifiestan en tristeza, melancolía o depresión.

¿Será cierto?