/ viernes 16 de febrero de 2024

Los riesgos del aprendizaje y los placeres

Sin duda todo ser humano, siempre tendrá algún motivo para festejar la vida; no importa la fecha del calendario, ya que encontrará fiesta, algarabía y una resonancia colectiva para celebrar.

Sin embargo, algunas celebraciones le brindarán placer, aunque pueda pasar por un proceso doloroso durante su aprendizaje.

Esto lo podemos referenciar con la obra de la escritora Clarice Lispector, cuyos textos son desconcertantes y al mismo tiempo sorprendentes, pero ante todo muy originales.

Lispector tiene una voz propia, muy distinta y alejada de corrientes, modas o escuelas; ya que siempre se le ha considerado la escritora del <no-estilo>

Su nombre correcto fue; Chaya Pinjasovna Lispector, periodista de origen judío, traductora y escritora; quien nació en Ucrania, en Chechelnik, el 10 de diciembre de 1920, vivió en Brasil gran parte de su vida y murió en Río de Janeiro, el 9 de diciembre de 1977.

De toda su obra llama la atención el libro titulado; “Aprendizaje o el libro de los placeres”

En esencia en esta obra, refiere el momento exacto del personaje, que muestra sentimientos, sensaciones, pensamientos y dudas; además de hacer énfasis en el miedo a existir, a amar y ser amado.

Donde se atreve a preguntar;

¿Se puede vivir sin ser humano o se puede ser humano sin vivir?

¿Acaso el miedo y el dolor pueden cegarnos el resplandor de la felicidad?

En esta obra, deja claro que el mundo interno de una mujer es incierto y de una sola vía. Lo demuestra creando a Lori, un personaje que está inundado por dolor.

Vive en una inseguridad que no le permite ser feliz, que no la deja arriesgarse al mundo exterior de su alma.

Le llena de miedo conocer nuevas cosas, el experimentar, el salir de la rutina y crear una conexión de su interior con la esencia de los elementos que se encuentran fuera de su ser. Incluso, le da miedo experimentar nuevos sentimientos que podrían recorrer su piel y llenar su vacío a través del placer.

También crea a Ulises, el personaje heroico, que rescata a la “princesa” de sus tinieblas, sin dejar de tener ese aire salvador de la historia. Cabe mencionar que este personaje, el amor le da la virtud de la paciencia, la franqueza y de ser cauteloso. Tres características que forman al profesor de filosofía que ayuda a Lori en su cambio existencial; además es más sincero que todos aquellos príncipes de los cuentos de hadas, que ahora son tan comunes y totalmente aburridos, en las historias que nos presentan en la cinematografía.

En sus conversaciones, Lori interpreta todo aquello de lo que debe despojarse, para poder comenzar a vivir; para dejar a un lado el dolor y apreciar las cosas buenas que trae la felicidad, pero lo más importante; conocerse a sí misma.

En la obra los dos personajes, juegan con el conflicto de la palabra y el silencio.

Sin ir muy lejos, ¿Cuántas historias conocemos de personas que viven en estas condiciones emocionales?

O tal vez estamos viviendo nuestro propio silencio; porque sin duda existen personas quienes viven en “silencio” ya que el placer les asusta, porque no le temen al aprendizaje, sino a la caída y la decepción, que pueden ser muy dolorosas.

No olvidemos que ahora la mas apremiante necesidad del ser humano, es convertirse en un ser humano, por algo tan simple de saber y sentirse orgulloso(a) por la certeza de que las raíces de familia, son fuertes y al mismo tiempo fincadas en la humildad, valor vigoroso e inconmensurable que engrandece este mundo.

En esta obra Clarice Lispector nos da a conocer que escribir es como respirar. Su obra refleja inspiración y sentimientos que llevan al abismo de la satisfacción.

De tal forma, que es por medio de sus palabras que se puede encontrar el sentido de la existencia.

Frente a este escenario existe una frase en este libro donde Clarice Lispector refiere; Si eres muerte, ¿Cómo bendecirte?

Pero que extraña bendición, tener locura y no ser demente, para buscar algo en la oscuridad, sabiendo que no lo va a encontrar.

Y entonces habremos de sonreír en público, pero también habremos de sonreír frente al espejo cuando nos quedamos solos; de esta forma nos adueñaremos del cosmos, porque no existirá controversia entre la palabra y el silencio.

Curiosamente Clarice Lispector, no solo utiliza el lenguaje como medio de expresión, sino que también recurre a una psicología, que refleja la realidad, de su ser.

¿Estimado lector y usted como celebra la vida, en silencio o con nuevas experiencias, considerando la humildad y la franqueza?

Sin duda todo ser humano, siempre tendrá algún motivo para festejar la vida; no importa la fecha del calendario, ya que encontrará fiesta, algarabía y una resonancia colectiva para celebrar.

Sin embargo, algunas celebraciones le brindarán placer, aunque pueda pasar por un proceso doloroso durante su aprendizaje.

Esto lo podemos referenciar con la obra de la escritora Clarice Lispector, cuyos textos son desconcertantes y al mismo tiempo sorprendentes, pero ante todo muy originales.

Lispector tiene una voz propia, muy distinta y alejada de corrientes, modas o escuelas; ya que siempre se le ha considerado la escritora del <no-estilo>

Su nombre correcto fue; Chaya Pinjasovna Lispector, periodista de origen judío, traductora y escritora; quien nació en Ucrania, en Chechelnik, el 10 de diciembre de 1920, vivió en Brasil gran parte de su vida y murió en Río de Janeiro, el 9 de diciembre de 1977.

De toda su obra llama la atención el libro titulado; “Aprendizaje o el libro de los placeres”

En esencia en esta obra, refiere el momento exacto del personaje, que muestra sentimientos, sensaciones, pensamientos y dudas; además de hacer énfasis en el miedo a existir, a amar y ser amado.

Donde se atreve a preguntar;

¿Se puede vivir sin ser humano o se puede ser humano sin vivir?

¿Acaso el miedo y el dolor pueden cegarnos el resplandor de la felicidad?

En esta obra, deja claro que el mundo interno de una mujer es incierto y de una sola vía. Lo demuestra creando a Lori, un personaje que está inundado por dolor.

Vive en una inseguridad que no le permite ser feliz, que no la deja arriesgarse al mundo exterior de su alma.

Le llena de miedo conocer nuevas cosas, el experimentar, el salir de la rutina y crear una conexión de su interior con la esencia de los elementos que se encuentran fuera de su ser. Incluso, le da miedo experimentar nuevos sentimientos que podrían recorrer su piel y llenar su vacío a través del placer.

También crea a Ulises, el personaje heroico, que rescata a la “princesa” de sus tinieblas, sin dejar de tener ese aire salvador de la historia. Cabe mencionar que este personaje, el amor le da la virtud de la paciencia, la franqueza y de ser cauteloso. Tres características que forman al profesor de filosofía que ayuda a Lori en su cambio existencial; además es más sincero que todos aquellos príncipes de los cuentos de hadas, que ahora son tan comunes y totalmente aburridos, en las historias que nos presentan en la cinematografía.

En sus conversaciones, Lori interpreta todo aquello de lo que debe despojarse, para poder comenzar a vivir; para dejar a un lado el dolor y apreciar las cosas buenas que trae la felicidad, pero lo más importante; conocerse a sí misma.

En la obra los dos personajes, juegan con el conflicto de la palabra y el silencio.

Sin ir muy lejos, ¿Cuántas historias conocemos de personas que viven en estas condiciones emocionales?

O tal vez estamos viviendo nuestro propio silencio; porque sin duda existen personas quienes viven en “silencio” ya que el placer les asusta, porque no le temen al aprendizaje, sino a la caída y la decepción, que pueden ser muy dolorosas.

No olvidemos que ahora la mas apremiante necesidad del ser humano, es convertirse en un ser humano, por algo tan simple de saber y sentirse orgulloso(a) por la certeza de que las raíces de familia, son fuertes y al mismo tiempo fincadas en la humildad, valor vigoroso e inconmensurable que engrandece este mundo.

En esta obra Clarice Lispector nos da a conocer que escribir es como respirar. Su obra refleja inspiración y sentimientos que llevan al abismo de la satisfacción.

De tal forma, que es por medio de sus palabras que se puede encontrar el sentido de la existencia.

Frente a este escenario existe una frase en este libro donde Clarice Lispector refiere; Si eres muerte, ¿Cómo bendecirte?

Pero que extraña bendición, tener locura y no ser demente, para buscar algo en la oscuridad, sabiendo que no lo va a encontrar.

Y entonces habremos de sonreír en público, pero también habremos de sonreír frente al espejo cuando nos quedamos solos; de esta forma nos adueñaremos del cosmos, porque no existirá controversia entre la palabra y el silencio.

Curiosamente Clarice Lispector, no solo utiliza el lenguaje como medio de expresión, sino que también recurre a una psicología, que refleja la realidad, de su ser.

¿Estimado lector y usted como celebra la vida, en silencio o con nuevas experiencias, considerando la humildad y la franqueza?