/ sábado 20 de enero de 2024

Palabras falaces

“Han atado a los ciudadanos a la rueda del molino”: Refrán egipcio

Casi siempre hay distractores, que disipan la tragedia de las guerras y las hambrunas, sin contar la incertidumbre que padecen millones de habitantes por el caos de la violencia e inseguridad, acompañados por el hostigamiento de palabras falaces, carentes de justicia y el respeto a los derechos humanos.

Recordando, que siempre hay quienes utilizan el recurso de los vericuetos y trampas del lenguaje; algo muy común en personajes públicos, que recurren a expresiones, con el único propósito de persuadir y convencer a la población; lo cual podría generar confusión por las aseveraciones y contradicciones; denostando mentira, abuso, chantaje, corrupción y otros antivalores, que son tangibles en esta época, por demás revestida de informática y tecnología.

Y a propósito de mentiras, fue en 1905, cuando el psiquiatra francés Ernest Dupré definió a la mentira, con el término de “mitomanía”; como una tendencia patológica y morbosa, para desfigurar la verdad, con el fin de llamar la atención o simplemente para evadir responsabilidades.

Porque siempre hay personajes, que podrían ser mitómanos y al mismo tiempo provocar admiración, fascinación y desagrado; pero sin darnos cuenta son: misóginos, racistas, violentos, homófobos, groseros, maleducados, psicópatas, avariciosos, egoístas, chantajistas, repugnantes, despiadados y otros calificativos más.

Ya lo refería Bertolt Brecht; “Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad”.

Brecht fue poeta, dramaturgo y director teatral, nacido en la Selva Negra alemana el 10 de febrero de 1898, y fallecido el 14 de agosto de 1956 en Alemania Oriental.

Brecht escribió un texto en 1934 en Berlín; titulado: “Quien hoy pretenda combatir la mentira y la ignorancia y escribir la verdad, debe superar cuando menos cinco dificultades”.

Que son las siguientes:

I. VALOR DE ESCRIBIR LA VERDAD; de no decir cosas falsas, que no se pliegue ni se subaste ante los poderosos; pero tampoco se engañe a los débiles.

II. LA SAGACIDAD DE RECONOCER LA VERDAD; ya que es difícil reconocer la verdad, porque allá afuera se sofoca, y muchos creen, que escribirla es problema de carácter; pero olvidan que encontrar la verdad no será nada fácil. Sólo mediante una cuidadosa observación se puede reconocer la verdad porque, aquel que anota sólo pequeños hechos, no está en capacidad de hacer manejables los problemas de este mundo.

III. EL ARTE DE HACER A LA VERDAD MANEJABLE COMO ARMA; cuando se quiere escribir la verdad con eficacia, sobre ciertas condiciones deplorables, se requiere escribirla para reconocer las causas evitables; de esta forma, las condiciones deplorables pueden combatirse; solo así puede obtener conclusiones.

IV. EL JUICIO DE ESCOGER A LAS PERSONAS EN CUYAS MANOS LA VERDAD SE HACE EFECTIVA; debido al comercio que rige a los escritos y las opiniones; el escritor ya no debía cuidarse de vender sus escritos, por lo cual se afirmó la convicción de que su cliente o mediador, se ponía a disposición de todos sus escritos. El escritor pensaba: “yo hablo y quien me quiera escuchar me escuchará”.

Cabe subrayar que escribir la verdad, es indispensable; pero es necesario escribirla para alguien que sepa usarla.

V. LA MAÑA DE PROPAGAR LA VERDAD ENTRE MUCHOS; hay muchos orgullosos de tener el valor de decir la verdad, felices de encontrarla, cansados, quizá, del fatigante trabajo de darle forma, e impacientes por verla en posesión de aquellos, cuyos intereses defiendan a quienes no pueden divulgarla; aun, cuando es sofocada o desfigurada.

Es interesante revisar las cinco dificultades de Brecht, esto nos hace recordar que cuando algún personaje público “llega y pellizca el poder”, a través del recurso de los vericuetos, las trampas y las mentiras, podría ser peligroso y generar graves consecuencias.

Brecht buscaba despertar conciencias, a través de la creación, con la “capacidad de mostrar” y del conocimiento, con la “capacidad de saber”.

Mencionaba, que el que quiera luchar contra la mentira, tendrá que tener el valor de escribir la verdad, aunque se la desfigure por doquier; de ahí la inteligencia para descubrirla; y el arte de hacerla manejable para difundirla.

Porque no necesitamos héroes.

Ya que la realidad que nos espera allá afuera y no se quiere ver, es la que más incomoda.


“Han atado a los ciudadanos a la rueda del molino”: Refrán egipcio

Casi siempre hay distractores, que disipan la tragedia de las guerras y las hambrunas, sin contar la incertidumbre que padecen millones de habitantes por el caos de la violencia e inseguridad, acompañados por el hostigamiento de palabras falaces, carentes de justicia y el respeto a los derechos humanos.

Recordando, que siempre hay quienes utilizan el recurso de los vericuetos y trampas del lenguaje; algo muy común en personajes públicos, que recurren a expresiones, con el único propósito de persuadir y convencer a la población; lo cual podría generar confusión por las aseveraciones y contradicciones; denostando mentira, abuso, chantaje, corrupción y otros antivalores, que son tangibles en esta época, por demás revestida de informática y tecnología.

Y a propósito de mentiras, fue en 1905, cuando el psiquiatra francés Ernest Dupré definió a la mentira, con el término de “mitomanía”; como una tendencia patológica y morbosa, para desfigurar la verdad, con el fin de llamar la atención o simplemente para evadir responsabilidades.

Porque siempre hay personajes, que podrían ser mitómanos y al mismo tiempo provocar admiración, fascinación y desagrado; pero sin darnos cuenta son: misóginos, racistas, violentos, homófobos, groseros, maleducados, psicópatas, avariciosos, egoístas, chantajistas, repugnantes, despiadados y otros calificativos más.

Ya lo refería Bertolt Brecht; “Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad”.

Brecht fue poeta, dramaturgo y director teatral, nacido en la Selva Negra alemana el 10 de febrero de 1898, y fallecido el 14 de agosto de 1956 en Alemania Oriental.

Brecht escribió un texto en 1934 en Berlín; titulado: “Quien hoy pretenda combatir la mentira y la ignorancia y escribir la verdad, debe superar cuando menos cinco dificultades”.

Que son las siguientes:

I. VALOR DE ESCRIBIR LA VERDAD; de no decir cosas falsas, que no se pliegue ni se subaste ante los poderosos; pero tampoco se engañe a los débiles.

II. LA SAGACIDAD DE RECONOCER LA VERDAD; ya que es difícil reconocer la verdad, porque allá afuera se sofoca, y muchos creen, que escribirla es problema de carácter; pero olvidan que encontrar la verdad no será nada fácil. Sólo mediante una cuidadosa observación se puede reconocer la verdad porque, aquel que anota sólo pequeños hechos, no está en capacidad de hacer manejables los problemas de este mundo.

III. EL ARTE DE HACER A LA VERDAD MANEJABLE COMO ARMA; cuando se quiere escribir la verdad con eficacia, sobre ciertas condiciones deplorables, se requiere escribirla para reconocer las causas evitables; de esta forma, las condiciones deplorables pueden combatirse; solo así puede obtener conclusiones.

IV. EL JUICIO DE ESCOGER A LAS PERSONAS EN CUYAS MANOS LA VERDAD SE HACE EFECTIVA; debido al comercio que rige a los escritos y las opiniones; el escritor ya no debía cuidarse de vender sus escritos, por lo cual se afirmó la convicción de que su cliente o mediador, se ponía a disposición de todos sus escritos. El escritor pensaba: “yo hablo y quien me quiera escuchar me escuchará”.

Cabe subrayar que escribir la verdad, es indispensable; pero es necesario escribirla para alguien que sepa usarla.

V. LA MAÑA DE PROPAGAR LA VERDAD ENTRE MUCHOS; hay muchos orgullosos de tener el valor de decir la verdad, felices de encontrarla, cansados, quizá, del fatigante trabajo de darle forma, e impacientes por verla en posesión de aquellos, cuyos intereses defiendan a quienes no pueden divulgarla; aun, cuando es sofocada o desfigurada.

Es interesante revisar las cinco dificultades de Brecht, esto nos hace recordar que cuando algún personaje público “llega y pellizca el poder”, a través del recurso de los vericuetos, las trampas y las mentiras, podría ser peligroso y generar graves consecuencias.

Brecht buscaba despertar conciencias, a través de la creación, con la “capacidad de mostrar” y del conocimiento, con la “capacidad de saber”.

Mencionaba, que el que quiera luchar contra la mentira, tendrá que tener el valor de escribir la verdad, aunque se la desfigure por doquier; de ahí la inteligencia para descubrirla; y el arte de hacerla manejable para difundirla.

Porque no necesitamos héroes.

Ya que la realidad que nos espera allá afuera y no se quiere ver, es la que más incomoda.