/ lunes 27 de septiembre de 2021

¿Por qué nos importan tanto nuestras redes sociales?

Socializar hoy en día es muy diferente a cómo se hacía de única forma hace unos años, hoy no solo conoces gente en persona, también por otros medios: las redes sociales y en la mayoría de los casos forman parte de nuestra vida diaria, sin embargo eso no es algo necesariamente positivo, ya que depende del uso que se le dé. Usualmente compartimos la mayor parte de nuestro día y nos interesa estar actualizados con lo que sucede a nuestro alrededor, el problema empieza cuando nuestro centro de atención es únicamente eso y se nos olvida que a pesar de que alguien comparta la mayor parte de su vida en redes sociales eso no nos da derecho ni a opinar ni a compararnos con esa persona, ya que lo que vemos es solo una mínima parte, la superficie, de cómo realmente son las cosas.

Considero que para tener una salud mental estable, es importante priorizar todo aquello que nos de paz, y si en algún momento nuestras redes sociales resultan ser un factor determinante porque nos agobia cierto contenido o es demasiado en su momento, lo mejor es hacer una desintoxicación y ser más selectivos con quien seguimos.

Esto último es algo que muchas veces no nos importa, y ni siquiera nos damos cuenta a quien seguimos en redes sociales, porque nos es más importante el número de seguidores o de me gusta, que la calidad de personas que estamos aceptando, vean una parte de nuestra vida.

A pesar de que el primer objetivo de las redes sociales es conectar gente para su comunicación, existen también casos donde el uso que se les da no solo no es el adecuado, sino que resulta perjudicial para una o varias personas. Por ejemplo, cuando se deja de respetar el derecho a la privacidad, y se hacen públicas las fotos de alguien, incluso si después se deciden dar de baja, alguien pudo haber guardado ya esas fotos o tomarle captura de pantalla, por lo que esas fotos ya no le pertenecen al dueño original, ¿el patrón notorio? Una vez que algo está en redes sociales, es sumamente difícil que aún nos pertenezca al mil por ciento, y hay mucha gente que se aprovecha de eso, y se dedica exclusivamente a criticar.

Y aunque existan las críticas constructivas, también hay gente que su único objetivo en redes sociales es crear un ambiente tóxico, y habrá gente que le es muy fácil desechar los comentarios negativos, pero también habrá otros que esos comentarios le pesen tanto, que su estabilidad emocional se empieza a ver afectada, y ya se han visto casos, en los que el acoso cibernético es tanto que lamentablemente, terminan con su vida.

Con esto, no estoy diciendo que las redes sociales sean malas, solo debemos de pensar 2 veces qué tanto acceso le estamos dando a los demás de ver nuestra vida privada y de la gente que forma parte de ella. Además de que ya existen versiones infantiles de las redes sociales, y a pesar de que es increíble que los niños de hoy sepan ya tanto de tecnología y de cómo utilizarla, puede ser bastante peligroso que tengan redes sociales, ya que como mencionaba anteriormente muchas veces ni nos fijamos quién tiene acceso a todo lo que está disponible en nuestro perfil, así que si los niños de hoy desean tener redes sociales, es necesario que sea bajo la supervisión de un adulto responsable para evitar que tenga contacto con algo innecesario y dañino para su integridad.

Concluyo, que aunque pueda sonar muy drástico el peso que le estamos dando a las redes sociales, y aunque cada caso es diferente, la verdad es que a veces es tanto el esfuerzo por mostrar “una vida perfecta” en la pantalla, que se nos termina olvidando lo que hay más allá de ella. No se trata de dejar subir fotos o eliminar redes sociales, a menos que así se desee, simplemente analizar antes de actuar en lo qué estamos subiendo, el contenido que consumimos (ya que también hay mucha desinformación) y empezar a vivir más allá de nuestra pantalla.



Socializar hoy en día es muy diferente a cómo se hacía de única forma hace unos años, hoy no solo conoces gente en persona, también por otros medios: las redes sociales y en la mayoría de los casos forman parte de nuestra vida diaria, sin embargo eso no es algo necesariamente positivo, ya que depende del uso que se le dé. Usualmente compartimos la mayor parte de nuestro día y nos interesa estar actualizados con lo que sucede a nuestro alrededor, el problema empieza cuando nuestro centro de atención es únicamente eso y se nos olvida que a pesar de que alguien comparta la mayor parte de su vida en redes sociales eso no nos da derecho ni a opinar ni a compararnos con esa persona, ya que lo que vemos es solo una mínima parte, la superficie, de cómo realmente son las cosas.

Considero que para tener una salud mental estable, es importante priorizar todo aquello que nos de paz, y si en algún momento nuestras redes sociales resultan ser un factor determinante porque nos agobia cierto contenido o es demasiado en su momento, lo mejor es hacer una desintoxicación y ser más selectivos con quien seguimos.

Esto último es algo que muchas veces no nos importa, y ni siquiera nos damos cuenta a quien seguimos en redes sociales, porque nos es más importante el número de seguidores o de me gusta, que la calidad de personas que estamos aceptando, vean una parte de nuestra vida.

A pesar de que el primer objetivo de las redes sociales es conectar gente para su comunicación, existen también casos donde el uso que se les da no solo no es el adecuado, sino que resulta perjudicial para una o varias personas. Por ejemplo, cuando se deja de respetar el derecho a la privacidad, y se hacen públicas las fotos de alguien, incluso si después se deciden dar de baja, alguien pudo haber guardado ya esas fotos o tomarle captura de pantalla, por lo que esas fotos ya no le pertenecen al dueño original, ¿el patrón notorio? Una vez que algo está en redes sociales, es sumamente difícil que aún nos pertenezca al mil por ciento, y hay mucha gente que se aprovecha de eso, y se dedica exclusivamente a criticar.

Y aunque existan las críticas constructivas, también hay gente que su único objetivo en redes sociales es crear un ambiente tóxico, y habrá gente que le es muy fácil desechar los comentarios negativos, pero también habrá otros que esos comentarios le pesen tanto, que su estabilidad emocional se empieza a ver afectada, y ya se han visto casos, en los que el acoso cibernético es tanto que lamentablemente, terminan con su vida.

Con esto, no estoy diciendo que las redes sociales sean malas, solo debemos de pensar 2 veces qué tanto acceso le estamos dando a los demás de ver nuestra vida privada y de la gente que forma parte de ella. Además de que ya existen versiones infantiles de las redes sociales, y a pesar de que es increíble que los niños de hoy sepan ya tanto de tecnología y de cómo utilizarla, puede ser bastante peligroso que tengan redes sociales, ya que como mencionaba anteriormente muchas veces ni nos fijamos quién tiene acceso a todo lo que está disponible en nuestro perfil, así que si los niños de hoy desean tener redes sociales, es necesario que sea bajo la supervisión de un adulto responsable para evitar que tenga contacto con algo innecesario y dañino para su integridad.

Concluyo, que aunque pueda sonar muy drástico el peso que le estamos dando a las redes sociales, y aunque cada caso es diferente, la verdad es que a veces es tanto el esfuerzo por mostrar “una vida perfecta” en la pantalla, que se nos termina olvidando lo que hay más allá de ella. No se trata de dejar subir fotos o eliminar redes sociales, a menos que así se desee, simplemente analizar antes de actuar en lo qué estamos subiendo, el contenido que consumimos (ya que también hay mucha desinformación) y empezar a vivir más allá de nuestra pantalla.